Passo del Cuvignone desde Casalzuigno

Aquí sólo se pedalea cuesta abajo, pero merece la pena tomarse un descanso en Arcumeggia. Los adoquines hacen casi imposible caminar por aquí con zapatillas de ciclismo, pero el pueblo está salpicado de murales.

El Cuvignone puede hacerse desde dos puntos de partida diferentes, desde Casalzuigno por Arcumeggia y desde Cittiglio. Aunque este último es el tramo más blasonado, el primero, tanto por razones altimétricas como logísticas, resulta interesante. La llegada a Arcumeggia, de hecho, da la posibilidad de llenar la cantimplora y "sentir" la pierna antes de afrontar la parte más dura de la subida. Porque, si bien es cierto que hasta el cruce de S. Antonio la subida no es especialmente difícil, a partir de ahí las cuestas se empinan, con una media del 9％ y pocos tramos en los que se pueda respirar. El camino es estrecho, el suelo es de tierra y está casi todo a la sombra, lo que lo hace preferible sobre todo para quien quiera afrontarlo en verano.
Por esta razón, el ascenso no ofrece grandes vistas, salvo un par de breves atisbos en los que se puede ver el lago.
El descenso a Cittiglio es especialmente técnico, y también requiere mucha atención debido a la mayor presencia de tráfico rodado.
No obstante, sigue siendo una ascensión mítica de los Prealpes de Varese, que hay que hacer sin falta.

Se dice que la pendiente más dura es la de Cittiglio pero no te fíes que yo los pondría a la par.
La subida está cubierta en su mayor parte por la vegetación, por lo que en verano se pedalea a la sombra, y en la cima el panorama es prácticamente inexistente, por lo que si te gustan las subidas con vistas impresionantes, olvídate, no es para ti, a no ser que te detengas a tres kilómetros de la cima para ver el lago en los pocos destellos que ofrece la subida